"Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber, gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar es empezar a morir." Gregorio Marañón
Nadie puede obligar a nadie a vivir de una forma u otra. Podemos vivir dormidos sin conciencia de nuestra realidad, dejándonos llevar por las circunstancias y el día a día como una ola que viene y va o, por el contrario, escoger vivir de acuerdo con nuestros deseos y valores. Tomemos este momento para hacer balance, ver en qué punto estamos y valorar si vivimos de acuerdo con lo que deseamos y queremos. ¿Por qué resignarse? Nunca es tarde para cambiar.
La vida es un largo viaje vertiginoso, va tan deprisa que ni siquiera nos damos cuenta de lo rápido que pasa todo, de ahí que en muchas ocasiones ni siquiera tengamos tiempo para preguntarnos, ¿hacia dónde voy? ¿soy feliz? ¿qué me gustaría cambiar para mejorar mi vida? Este revisar de objetivos vitales la mayoría de las veces se nos antoja pesado y molesto, a nadie le gusta ver que su vida no es como desearía interiormente, que los sueños de juventud han quedado atrás, que ya no recordamos las promesas que hicimos a ese niño que un día fuimos, que la insatisfacción habita cada día con nosotros sin que hagamos nada por expulsarla de nuestro lado. Pero esos pensamientos fugaces suelen aparecer, desgraciadamente, en momentos de crisis o desesperación. Es ahí donde las dudas surgen con más intensidad y es en esas crisis de identidad donde hay que pararse y revisar nuestros objetivos para empezar a plantearnos que nunca es tarde para cambiar, que cada día que empieza es el primer día del resto de nuestra vida y que el futuro está abierto y no tiene límites, sólo los que nosotros queramos ponerle. Éste es un ejercicio que nadie va a hacer por nosotros y no es momento de coger la varita mágica y pensar que las soluciones van a venir del exterior porque todo lo que es susceptible de cambiar en nuestra vida está dentro de nosotros.
TRAS LA BÚSQUEDA DE UNA NUEVA IDENTIDAD VITAL
Nada más nacer la vida es una especie de lotería. Unos nacen en el seno de una familia acomodada con muchas facilidades, otros necesitarán de más esfuerzo para salir adelante, sin embargo no podemos resignarnos diciendo: "es así porque así tenía que ser", "de nada sirve dar un pequeño paso, nada cambiará", porque es en esa especie de absentismo mental donde nos dejamos llevar por las circunstancias sin plantar cara a nuestros verdaderos deseos. Pero, ¿se puede realmente cambiar de vida? Claro que sí y sirva de ejemplo la siguiente frase de Oscar Wilde: "A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante". Es en ese instante donde debemos dar el do de pecho y elegir cambiar, cambiar con cuidado pero con paso firme también. Casos de personas que han decidido dar un giro de 180Âs a su destino los encontramos casi a diario, pero eso no quiere decir que no les haya costado, tal vez hayan tenido que renunciar a muchas cosas, con muchísimo sufrimiento, en la mayoría de los casos, y es que la búsqueda de una nueva vida no es un proceso fácil, ni mucho menos, e implica riesgos. ¿Por qué cambiar entonces si así no me va mal del todo? ¿Me espera al otro lado algo mejor? Esas preguntas, desgraciadamente, nadie nos las va a poder contestar, en principio porque nadie sabe la respuesta y por eso, en la mayoría de los casos, la duda se asienta y comienza una especie de lucha con nosotros mismos en la que podemos dejar las cosas tal y como están por miedo o vértigo. Es loable que eso nos pase y tampoco hay que agobiarse por ello pero sí debemos ser conscientes de que si decidimos no dar un paso estaremos poniendo una especie de muro en nuestro reto de revolución y evolución interior y en otra crisis vital aparecerá, aparecerá tarde o temprano pero puede que con diez años de retraso, tiempo perdido que nos reprocharemos después. Por eso, si hemos decidido que es momento de cambiar, pero cambiar realmente deberemos despojarnos de muchas de nuestras rutinas reaprendidas y de nuestros equipajes mentales y empezar a descubrir lo que somos realmente. Al ir destapándonos veremos que en lo que nos hemos convertido no tiene nada que ver con lo que éramos realmente. La familia, la educación, la sociedad y sus normas han provocado que muchas de nuestras emociones no sean propias sino inducidas desde fuera. Éste será el primer paso para nuestra evolución interior y para vivir en plenitud. "Vivir es, por propia definición, un riesgo a sufrir, pero también una posibilidad de explorar, experimentar, aprender a construirse y ser", dicen Jaume Soler y M. Mercé Conangla en La ecología emocional. Ellos se refieren a algo muy sencillo, al hecho de vivir y no al simple hecho de sobrevivir. En esa diferencia se encuentra la elección de tener el propio control sobre nuestra propia historia vital y la posibilidad de elegir un modelo de vida que asuma todos los riesgos y posibilidades que generen tal elección, sólo así seremos conscientes del misterio y la oportunidad que se nos está ofreciendo.
Como dijo José Ortega y Gasset, "La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada". Comienza entonces un largo camino, un desafío, el viaje más largo hacia nuestra vida. Zarpemos pues.
LA LIBERTAD DE ESCOGER. Cinco pasos hacia la transformación
1.- Radiografía vital. Ya sabemos lo que hay. Ahora ha llegado la hora de hacer autoanálisis. El primer paso hacia el cambio es saber con qué armas contamos a nuestro favor y con cuáles no. Es momento de desnudarse para ver qué está fallando y qué pasos debo emprender. Apunta en tu bloc aquellas cosas que podríamos considerar como señales de alarma: insatisfacciones diarias, relaciones que no funcionan, infelicidad, deseo constante de cambiar las cosas... ¿por qué asolan tu mente? Escucha tu interior, apunta cualquier sentimiento que te aflore y sé muy sincero. Todos tus sentimientos te darán una información importantísima, luego serás tú el que decida qué debes hacer con ellos.
"Conócete, acéptate, supérate". San Agustín.
2.- Asumir la responsabilidad de vivir desde la libertad interior. Hay muchas cosas externas que nos condicionan, que castran nuestra libertad, pero ese argumento ya no nos vale cuando hemos decidido asumir la responsabilidad de escoger otra vida desde la libertad. Estamos ante un reto revolucionario que implica una catarsis interna y obliga a elegir entre las opciones que nos ayuden a crecer y a que éstas sean elegidas en libertad. Tal vez éstas sean las disyuntivas que más miedo den, por eso no todo el mundo salta y se decide. ¿En qué lado de la cuerda te encuentras tú?
"Quién es auténtico asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre por ser libre". Jean Paul Sartre.
3.- Alquimia interior. La alquimia se convierte, en este caso, en un proceso no de transmutación de metales corrientes en oro y plata sino en la posibilidad de transformar lo que somos para evolucionar y descubrirnos a nosotros mismos. Es un proceso de cambio y mejora personal que tiene mucho que ver con la voluntad.
"La voluntad es la piedra filosofal buscada por la alquimia". Constancio C. Vigil.
4.- La búsqueda del equilibrio. Es decir, sé coherente con lo que crees y haz realmente lo que piensas que es mejor. Actúa en conciencia pero hazlo desde el entorno más favorable para ti. En el equilibrio y la armonía se encuentra el camino del centro. Hablamos de saber encontrar el sendero adecuado, de abrir las puertas secretas de nuestra vida extrayendo aquellos sentimientos que están aprisionados o, por el contrario, que nos aprisionan. Tenemos el deber de hacer limpieza en nuestra vida y depurar lo ficticio, lo insano y lo que no nos permite evolucionar.
"No vemos las cosas tal y como son, las vemos tal y como somos nosotros". AnaAZs Nin.
5.- El crecimiento interior. Tomar conciencia de todo y empezar el cambio implicará cierto nivel de sufrimiento, se empezará por poner las cosas en su sitio y dar nombre a lo que nos está pasando, lo que conlleva un proceso de depuración interna muy doloroso. Y es que los cambios van a transformar muchas cosas, van a provocar muchos giros y momentos inesperados, algunos en los que tendremos que pisar fuerte el acelerador sin miedo pero, eso sí, manejando bien la palanca de los frenos no vayamos a toparnos de frente con un muro. Y ese cambio no será posible sin constancia, trabajo y voluntad ya que nos enfrentamos a un proceso que tendrá que durar toda la vida. Hemos elegido ser protagonistas y no actores secundarios y por tanto somos conscientes y consecuentes con todo lo que puede llegar a ocurrir.
"Un viaje es una nueva vida, con un nacimiento, un crecimiento y una muerte que nos es ofrecida en el interior de la otra. Aprovechémoslo." Paul Morand.
Cuestionario vital
Si alguna de estas preguntas ha asomado a tu mente en los últimos años y te ha transmitido una especie de desasosiego interno, tal vez no estás a gusto con tu vida y sea necesario realizar un proceso de cambio.
- ¿Me gusta mi trabajo?
- ¿El lugar donde vivo es mi refugio y el sitio donde desearía vivir el resto de mi vida?
- ¿Mi relación de pareja me llena cada día?
- ¿Quiero realmente casarme, tener hijos, es decir, vivir de acuerdo con las normas del resto de la sociedad?
- ¿Lo que hago ahora se corresponde con lo que había soñado que haría cuando en la adolescencia me imaginaba cómo sería mi vida?
- ¿Me siento feliz con mi vida, con lo que hago?
- ¿La sonrisa asoma al menos una vez al día por mi cara?
- ¿Soy cada día más sociable o por el contrario me siento cada día más frustrado/a?
- ¿Me gusta mi cuerpo y lo que soy?
- ¿Disfruto en soledad?